Personalmente en mi vida ministerial como sacerdote, he podido ser testigo fiel y creíble del poder de Dios en mi propia vida y en la de miles de personas creyentes y no creyentes; con las cuales he podido encontrarme en los distintos congresos de oración y evangelización, en los que he participado en los diferentes países de los cinco continentes, donde he estado, ya que me dedico en mi ministerio sacerdotal, como predicador carismático.